Por: C.Gloria Nova R.
- El Webinar fue transmitido por las cuentas de Entre Lengas en Youtube y Facebook.
Cuando se invitan a conversar a dos pernas que no se conocen, pero que tienen intereses comunes, la química ocurre de manera natural. Fue lo que pasó en el primer Webinar de Entre Lengas este miércoles 2 de septiembre, en donde se reunieron Ángel Beroiza, Gerente General de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo y Nicolás Jiménez, Gerente General de Volkánica Outdoor, quienes entablaron diálogo con Camila Salas y Rafael Cabezas.
En la oportunidad se habló de innovación, conservación, gestión de las áreas silvestres protegidas y el impacto del emprendimiento exitoso al turismo local, la relación y creación de redes de apoyo con los diferentes actores que convergen en el área, turismo de intereses especiales, del Geoparque del Cordón Caulle, sobre la pandemia, entre múltiples temas que afloraron en la hora y cuarenta minutos que duró la conferencia.
Para contextualizar podemos decir que, la Corporación de Desarrollo Productivo promueve el desarrollo económico, la competitividad regional y la innovación en el territorio. Desde su creación en 2009, ha sido un actor relevante en la generación de carteras de iniciativas en post de la puesta en valor del turismo, genera apoyo técnico en los sectores productivos relevantes de la región y a los municipios, en cuanto al levantamiento de iniciativas de inversión y, además, tiene una unidad de atracción de inversiones, entre otras funciones.
“El quehacer de la Corporación es bastante diverso – dice Ángel Beroiza – Jugamos un rol importante para nuestro Gobierno Regional y bajo esa perspectiva nos hemos ido constituyendo en un brazo ejecutor bien importante para toda la institucionalidad pública y privada en nuestra región”.
Por su parte, Volkánica es una empresa que se dedica a asesorar y distribuir equipos de montaña, con seis tiendas a lo largo del país (tres en Santiago, una en Pucón, una en Valdivia y una en Puerto Varas), cuyo objetivo es incentivar a las personas a realizar actividades al aire libre. Pero también es distribuidora de 15 marcas que representa, principalmente de Estados Unidos y Europa.
“Vendemos desde Punta Arenas, en tiendas especializadas, hasta La Serena -comenta Nicolás – principalmente el nicho de Escalada, campamento y ski de randonnée. Este mundo va en crecimiento en Chile, tenemos mucho vínculo con organizaciones como Entre Lengas o revistas como Patagon Journal o Escalando, para fomentar estas actividades y también posicionarnos dentro de este segmento que tiene en Chile una gran oportunidad al ser un país con paisaje y con visiones únicas”
El vínculo con la naturaleza de estas dos personalidades viene desde la infancia, en donde ambos, por distintas circunstancias pasaron parte importante en medio del entorno natural. Ángel creció en Pishuinco y en sus ratos libres acompañaba a los trabajadores a hacer leña al monte o a hacer las labores propias del campo. “Yo disfruto de la naturaleza de una manera más contemplativa -comenta-. Con el sólo hecho de poder hacer un trekking, de estar reconociendo flora, viendo un pajarito que se posó en una rama, yo soy feliz. Con ese silencio, con el canto de las aves, con los aromas que de repente te da al pasar al lado de una luma y que te impregne. Ese tipo de cosas son las que a mí me llenan y las que me hacen refugiar en la naturaleza en los tiempos que quedan disponibles de mi trabajo y que trato de vincularlo con mis hijos para poder traspasarles ese gusto por algo que están importante y tan necesario que protejamos”, sentencia.
En el caso de Nicolás, fue muy gráfico en decir que en sus vacaciones lo dejaban en Talca en diciembre y no volvía a Santiago hasta marzo. “Pasaba todo el verano en el campo con mis primos y con mi abuelo, con los que salíamos a la cordillera en Vilches o en el Cajón del Melado a andar a caballo, recorrer o acampar. Y creo que con el tiempo me fui dando cuenta que después de esos veranos, cuando volvía a Santiago, algo me hacía falta. Cuando terminé la Universidad a los 23 ó 24 años, decidí irme a vivir al sur. Ya habíamos partido con el proyecto de Volkánica, pero para mi ya no hacía sentido vivir en Santiago y quería tener una relación más cercana a la naturaleza y poder tenerla más a mano. Si bien en Santiago hay paisajes que son espectaculares y montañas que son increíbles, el estar metido en una ciudad te hace encerrarte en esa burbuja y sentía que en el sur era diferente y tenia la oportunidad de manejar una hora y estar en el río donde quería estar pescando o, estar en el cerro o donde fuera. Entonces me fui a vivir a Valdivia pensando en el proyecto profesional, pero desde el punto de vista personal”, cuenta Nicolás.
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